lunes, octubre 16, 2006

La Leyenda de Veramonte (Parte II)

Lo Prometido es deuda...

...El Viaje en camioneta fue bastante grato, un maravillosos atardecer nos acompañaba y el viento nos auspiciaba lo que vendría.

Aproximadamente una hora después nos encontrábamos pasando por Bahía mansa, una pequeña caleta de pescadores, de esas que solo se ven en el sur con sus coloridos botes.

Más allá el, Fuerte Bulnes aunque de paso, solo alcanzamos a verlo desde el camino.

Poco tiempo después nos encontrábamos con el fin del camino pavimentado y entrábamos en lo que seria el inicio de nuestra aventura.

Cuando creíamos que el camino llegaba a su fin producto de un riachuelo de considerables dimensiones, la maestría del conductor nos permitió seguir adelante, no sin antes a fuerza de manos y pala, abrir la salida del río que se encontraba cerrada por la baja de la marea.

Pero como todo camino tiene su fin, llego el momento de dejar la camioneta y como era de noche decidimos armar nuestro campamento a orillas del estrecho de Magallanes en un tupido bosque de Lenga... una rica cena, unos mates, un vino y una buena conversa amenizaron la velada.

Al día siguiente con calma y ya preparados para lo que vendría, tomamos desayuno y desarmamos campamento... fue ahí donde decimos dejar un testimonio de nuestra travesía.

A pesar que nuestra tónica y filosofía de viaje es la de no dejar rastros, tomamos una dura desición , teníamos en nuestras manos un gran vino Sauvignon Blanc Reserva de la casa de Veramonte. Tomamos un plumón y escribimos:" A orillas del estrecho de Magallanes... dejamos el "lujo” y las comodidades y emprendemos viaje hacia lo desconocido... el punto mas Austral del continente Sudamericano." y uno a uno lo fuimos firmando.

Un cuaderno una brújula y un lápiz nos sirvieron para dar inicio a la Leyenda del tesoro de Veramonte...
-6 pasos hacia el Norte...
-12 pasos al Poniente
-Por sobre el árbol caído 4 pasos hacia el SSO
-Y así hasta encontrar un gran Cohigue (creo) cuyas raíces formaban una cuna precisa para esconder y enterrar nuestro preciado tesoro.

Fue así con este simple acto como cuatro jóvenes emprendieron un maravilloso viaje por las orillas de Estrecho de Magallanes.

Continuará….

1 Comments:

Blogger Becka said...

Eso no se hace de dejar "residuos"...pero se les perdona...
Que lindo relato...seguiré esperando la otra parte de la aventura...
Saludos!

26 octubre, 2006 16:13  

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